El samario Luis Suárez se reportó con un gol en la derrota de su equipo, a manos del Celta
El duelo quedó 3-1 a favor de los de Vigo.
Con una monumental exhibición futbolística de Iago Aspas, el Celta remontó en Balaídos ante el Granada (3-1) en un partido que dominó con claridad, pero que no sentenció hasta diez minutos antes del final.
Es la primera victoria del argentino Eduardo Coudet como entrenador del equipo gallego.
El Celta plasmó el estilo que quiere Coudet: dominio con posesiones largas, intensidad en la presión. Solo le faltó puntería, un infortunio que persigue al equipo desde el inicio de la temporada. Su falta de pegada es inquietante.
El Celta encerró al Granada. Con Aspas estelar, motor omnipresente de su equipo, el conjunto gallego creó tres grandes ocasiones durante los primeros veinte minutos. Pero no marcó ninguna.
Santi Mina falló la primera en un mano a mano ante Rui Silva, poco después Nolito malgastó un tiro desde una cómoda posición a diez metros de la portería y tampoco Hugo Mallo acertó con un claro tiro que despejó con una estirada Rui Silva. Las tres oportunidades nacieron en los pies de Aspas.
El Granada resistió el impetuoso arranque del Celta, en parte por las paradas de Rui Silva, que rechazó todo balón que asomó por su área, como un envenenado disparo de Olaza.
El plan del equipo de Diego Martínez fue esperar y contraatacar. Y funcionó. Mediado el primer tiempo, una pérdida de Denis Suárez ante la presión de Machís pilló al Celta descolocado, Milla inventó un gran pase largo y Luis Suárez se impuso en la carrera a Tapia. El contragolpe lo culminó con una gran vaselina ante Rubén Blanco.
El gol del Granada no desarmó al Celta, que reaccionó de inmediato con un hermoso ataque que pasó por Denis Suárez, Santi Mina, Aspas, Olaza y Nolito; una acción colectiva con la precisión de un tiralíneas que finalizó con un centro de Olaza y el gol de Nolito.
El conjunto gallego, que tuvo la posesión de la pelota y marcó el ritmo, continuó su acoso con un lanzamiento de Brais que atrapó Rui Silva. Pero su dominio fue estéril.
Más simple lo hizo el Granada, que con un contraataque cerca del descanso rozó el segundo gol. Después de recuperar la pelota en su campo, cinco jugadores salieron con rapidez hacia la portería gallega para tener una doble oportunidad, un tiro de Neva que despejó Rubén Blanco y otro a quemarropa de Molina. No fue el único susto para el Celta. Un disparo cruzado de Milla cerró la primera mitad.
El Celta mantuvo el mando del partido después del descanso, aunque también continuó con su alarmante falta de puntería. Concentró tres grandes ocasiones en media hora. Santi Mina llegó forzado para rematar un envío de cabeza de Hugo Mallo; llegando solo desde atrás, a Tapia se le fue muy arriba un lanzamiento; y Nolito desperdició dentro del área una buena asistencia de Aspas.
El Granada no se acercó ni una vez sobre el área gallega y el Celta no certificó la remontada hasta los diez minutos finales, momentos en los que volvió a aparecer Aspas, de nuevo determinante con su desequilibrio en el uno contra uno, sus asistencias que son medio gol, una para Baeza y otra para Beltrán, dos tantos que amarraron una victoria que el equipo gallego no lograba desde hace algo más de dos meses.
EFE